Castigando gobiernos, condenando Estados

Imagen por Johana Torres con Piktochart.
NOTA: Los años fueron escogidos de manera totalmente arbirtraria, no representan ninguna realidad.

¡Me hacía tanta falta este espacio!
¿Cómo están?

Esta vez ha sido toda una combinación de cosas las que me invitan, con mucha emoción, a escribir... Mis ojos y oídos, confabulados, hoy atendieron de manera selectiva, buscando razones para argumentar este tema que me llegó al medio día en forma de rap ¿El autor? el muchacho que se subió a cantar en el bus de camino a la universidad.

No podría recordar con exactitud sus versos, sin embargo captó mi atención la manera tan abrupta en la cuál aseveró que no votaba porque 'no había lógica' en dicho acto, él no encontraba la correspondencia para considerarla una buena práctica ¡Muy racional!.. De hecho el abstencionismo es una de las tantas luchas que viven los Estados democráticos, no es ninguna sorpresa ¿Cómo serlo? Solo por mencionar un par de razones: el voto no es una obligación y si se convierte en una imposición (en países como Australia) algunas teorías afirman que se atenta contra la misma libertad a la que todos hemos consensuado es ideal llegar en nuestro sistema, de esta misma manera los incentivos para votar son imperceptibles sobre todo cuando calculamos que un voto no es absolutamente determinante en el resultado. Pero bueno, por otro lado también sabemos que en la democracia no se desconecta el derecho del deber, aquí se acata el respeto a derechos civiles y políticos (Dahl, 1917) y de la misma manera deben existir insumos para responder, estos entendidos como acciones que todo ciudadano debe emprender en favor de acceder a dichos derechos, es necesario para la superviviencia del sistema, en gran medida, usar la voz que se nos atribuye como ciudadanos, esto garantiza que haya una retroalimentación, que no puede venir del aire... Es muy simple ¿Qué se puede responder cuando no hay preguntas? ¿Qué se ejecuta cuando no hay demanda? Ahora bien, tampoco niego la sensiblidad que debe tener aquel que ostente, cualquier tipo de poder, para determinar necesidades, pero ese es otro tema :).

Con el abstencionismo, muchas veces, buscamos castigar gobiernos y terminamos condenando Estados, no creo que sólo pase en Colombia, es difícil para la opinión pública desligar dos figuras interdependientes y más cuando se unen en el régimen presidencial... ¿Es acaso posible visibilizar instituciones que no se ven, esos cables invisibles que conectan nuestra realidad, en todo sentido?; siempre será más sencillo encontrar aciertos o desaciertos en aquello que palpamos de manera más obvia sobre todo cuando es una estructura delimitada en el tiempo, como los períodos de gobierno, que se constituyen como un marco-medidor que arbitrariamente usamos para calcular el desempeño del Estado, desconociendo en muchos casos, la historia.

El proceso de marketing de un gobierno me atrevo a decir es más sencillo que el de un Estado, en este se busca mantener la legitimidad que le han dado los votos, también la credibilidad, la confianza... Todo esto bajo un límite de tiempo (aún cuando se piense en reelección), en contraposición pensaría que un marketing de Estado es mucho más robusto e integral, no sólo basado en lo que se ejecuta, sino más bien todo tipo de acciones/omisiones/aquiescencias como un todo, sin un límite de tiempo. Quizás sería sano darle popularidad al Estado para entendernos de manera más holística... ¿Será que son precisamente esos cables invisibles los que generan cortos circuitos en nuestra realidad? ¿O si por el contrario nuestras conexiones se están viendo interrumpidas por oscilaciones muy bruscas de energía? ¿Será que nuestros suministros de energía son demasiado tenues?

¡Mil gracias por leerme de nuevo!
Un abrazo.

Unknown

¡Gracias por leerme! Soy estudiante de Ciencia Política y Gobierno y Relaciones Internaciones; con afinidad en temas de redes sociales, relaciones públicas, comunicación estrategica, marketing e inteligencia emocional.